Canto a la Madre Tierra

También con el color se canta. Los trazos y las formas se vuelven voz y ritmo, y en la propia gestualidad plástica podemos escuchar los tonos y matices que celebran la energía de la vida. Por que la tierra es eso: la vida misma. Todos formamos parte de ella; de ella nacemos y en ella morimos. 

A la tierra, nuestra madre, están dedicadas las presentes obras, realizadas de manera específica para la exposición “Canto a la Madre Tierra”, realizada en el año 2002.

Esta serie de pinturas en óleo sobre madera, son una alegoría a la vida, que se puede sentir en el oleaje de los mares y el fuego de los volcanes, en el tremor de la tierra y el silbido del viento. Los trazos rápidos y los colores intensos reflejan esa fuerza y energía con que la madre tierra nos inunda de su propia vitalidad. Son cuatro obras que remiten a los cuatro elementos: fuego, agua, aire tierra, mientras que la serie de obras se complementa  con una quinta pieza en la quese presenta una pareja. Su figura exagerada y sus poses retorcidas tratan de expresar la complejidad misma del ser humano, con toda su carnalidad y espiritualidad, con sus límites y contradicciones. Es una metáfora de la quintaescencia en la propia tierra que es la vida.



Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *